Encuentre la alegría en Commún: Conozca a Laura F., miembro de la comunidad.

16 de agosto

Durante el aislamiento de la pandemia, Laura F. buscaba conexión y comunidad. Encontró todo eso y más en Commún. Introducida en la organización por María Rojas, Laura empezó a participar en una amplia gama de programas y rápidamente se convirtió en una cara familiar y amistosa en la comunidad.

Desde talleres de salud mental y clases de inglés hasta acupuntura de orejas, cursos de nutrición y Zumba, Laura aprovecha al máximo lo que Commún le ofrece. Cada semana, ella y su marido también recogen alimentos frescos en el reparto de alimentos de los jueves, un recurso que ayuda a nutrir su hogar.

Pero lo que más destaca Laura son las reuniones mensuales de la comunidad, donde los vecinos se reúnen no sólo para informarse, sino para divertirse y moverse. "Hacemos ejercicios y juegos divertidos con los demás miembros de la comunidad", dice. Estas reuniones nos recuerdan el poder curativo del juego.

Laura espera que Commún sea un lugar al que pueda seguir acudiendo para aprender sobre temas específicos, y la enfermedad y la salud son dos de los que más le interesan. "Es muy importante encontrar lugares donde podamos obtener ayuda para acceder a información sobre recursos para nuestro bienestar", dice, "así como compartir momentos bonitos con nuestra comunidad".

Formar parte de Commún ha sido transformador para Laura y su marido. "Nos permite intercambiar ideas y aliviar el estrés con el que vivimos actualmente", comparte. "Un compañero lo resumió mejor: 'En casa envejezco, y fuera, en el mundo, vuelvo a ser joven'".

La historia de Laura es un testimonio de cómo los espacios comunitarios como Commún pueden aportar vida, energía y esperanza a quienes buscan apoyo, y de cómo cada miembro aporta algo especial al conjunto.